En este debate conducido por Virginio Lema y Agustín Zambrana del medio boliviano “BUNK3R” Cabildo digital, se propicia un espacio de diálogo en el cual diferentes profesionales de la salud confrontan información y estudios publicados recientemente sobre la eficacia, pertinencia y seguridad de las diferentes vacunas utilizadas con el propósito de prevenir la enfermedad ocasionada por el contagio con el virus SARS-CoV-2 (Covid-19). Investigadoras de amplio reconocimiento mundial como la doctora Karina Acevedo Whitehouse de México y Roxana Bruno de Argentina, junto al doctor Ángel Ruiz-Valdepeñas de España y la doctora Patricia Callisperis de Bolivia, señalan con una asombrosa solidez argumentativa y apoyados en abundantes informes científicos los siguientes hechos relevantes sobre las vacunas Covid-19 y el actual plan de inmunización:

A) En ciencia es preciso evaluar las medidas implementadas a partir de estudios e información estadística disponible y preguntarse también por aspectos como la pertinencia y seguridad de los actuales inóculos vacunales y eso no está ocurriendo por parte de las autoridades sanitarias a nivel mundial.

B) Con los productos farmacéuticos experimentales que se están empleando actualmente en la mal llamada “vacunación”, en realidad, se están inoculando genes sintéticos extraños para el cuerpo humano en el marco de un ensayo clínico mundial sin precedentes, donde los sujetos de experimentación serán todos los millones de seres humanos “vacunados” alrededor del mundo.

C) Tanto los “vacunas” que utilizan una plataforma vectorizada con adenovirus como las que emplean ARNm se han enfocado en el gen de la proteína espiga (spike protein) y esto ha demostrado ser un gravísimo error por cuanto esta proteína es en si misma el factor de virulencia del virus del SARS-CoV-2, por lo cual puede desencadenar en las personas inoculadas síntomas de Covid severo en ausencia de virus.

D) Ya en los años 2002-2003 se realizaron pruebas preclínicas en modelos animales con este tipo de vacunas y se descubrió que cuando estos se enfrentaban al virus de manera natural todos enfermaban presentando cuadros de inflamación muy severa y ADE (enfermedad magnificada por anticuerpos) ocasionando incluso la muerte en la gran mayoría de los animales vacunados. Estas pruebas han sido omitidas o pasadas por alto en humanos y se sabe que los signos clínicos de ADE son indistinguibles de Covid severo. Así, no puede descartarse que muchas de las personas que estén enfermando y muriendo en las llamadas “nuevas olas” de casos y contagios, en realidad sean personas vacunadas que se enfrentaron al virus de manera silvestre.

E) Es importante considerar tres aspectos a la hora de utilizar inóculos vacunales de manera masiva: necesidad, eficacia y seguridad. Actualmente en el mundo ha fallecido alrededor del 0,05 % de la población mundial (reconociendo incluso que estas cifras están alteradas “infladas” en la mayoría de los países), sobreviviendo entonces el 99, 95 % de la población mundial. A partir de estos datos se hace indispensable cuestionar la necesidad de la vacunación masiva, y más todavía si se tiene en cuenta que se reporta que del 0,05 % de fallecidos, el 85% de ellos han sido personas de más de 70 años y el 95% tenían una o más enfermedades concomitantes. Por lo tanto, la vacunación masiva no es la respuesta adecuada para combatir la epidemia que se ha etiquetado falsamente como pandemia a pesar de que no estamos ante una emergencia sanitaria mundial. Esto considerando a su vez que se ha ignorado completamente que existen diferentes tratamientos de eficacia comprobada para las personas que desarrollan la enfermedad.

F) Las llamadas “vacunas” no han sido aprobadas sino solo autorizadas por emergencia y continúan en fase de experimentación. Por lo tanto, aún no hay información suficiente relacionada con su confiabilidad y seguridad a largo plazo.

G) Se han reportado diferentes efectos adversos en personas vacunadas producidos por la expresión en las células del cuerpo del gen de la proteína spike presente en estos inóculos experimentales, cuando se une a sus receptores en las plaquetas, los endotelios y otros tejidos en el cuerpo desencadenando agregación plaquetaria, trombosis, coagulopatías y otras afecciones como miocarditis, neuralgias, enfermedades neurodegenerativas y autoinmunes. También hay evidencia de efectos adversos sobre el tejido reproductivo e inducción de abortos en madres gestantes inoculadas.

H) Es totalmente irresponsable vacunar a grupos etarios no tenidos en cuenta en las pruebas preliminares como niños, adolescentes, mujeres embarazadas, lactantes, personas mayores de 65 años, así como personas con cardiopatías, enfermedades autoinmunes, diabéticas, obesas, hipertensas, inmunosuprimidas y VIH positivas, entre otras.

I) Se llama también la atención sobre múltiples efectos adversos graves relacionados con las “vacunas” Covid-19 sospechosamente ocultados, falseados y censurados en diferentes centros de urgencias alrededor del mundo tales como encefalitis, mielitis, parálisis, enfermedades cardiacas, infartos, desmayos y muerte súbita. Lo más preocupante es que diferentes expertos señalan que solo se reportan alrededor del 1% o menos de las muertes y las reacciones vacunales adversas.

J) Habida cuenta que la muerte por Covid-19 en niños es prácticamente inexistente y considerando el altísimo riesgo para la salud que suponen las “vacunas” Covid-19 -según lo expuesto anteriormente-, se hace un llamado urgente a proteger a los niños y evitar a toda costa su inoculación. Para finalizar, se advierte que las mal llamadas “vacunas” contra el Covid-19 no son realmente vacunas, sino peligrosos inóculos transgénicos experimentales tóxicos, esterilizantes, cancerígenos y potencialmente mortales.

En conclusión, el plan mundial de vacunación obedece a intereses económicos e ideológicos -no sanitarios- y la Organización Mundial de la Salud, abanderada y promotora del empleo masivo de estos inóculos no propende realmente por la salud mundial, habida cuenta que está financiada por el eugenista Bill Gates y controlada por el corrupto gobierno comunista chino y la farma-industria. Es preciso detener cuento antes la pretendida “vacunación” a nivel mundial. De lo contrario, asistiremos en los próximos meses y años a una verdadera catástrofe sanitaria global sin precedentes.